Y llegó el día en que los Arquitectives volvieron a viajar desde su particular sofá, esta vez, al lugar donde tradición y modernidad se unen a través de calles empedradas, que al girar la esquina se convierten en grandes avenidas de imponentes edificios luminosos.
Madrid, una ciudad donde –también, como en Palma- es de día, pero que sin embargo no tiene mar, ni castillo… ni carril bici. Donde no se come “pa amb oli” pero si estupendos bocatas de calamares. Donde las playas crecen junto a los ríos y, curiosamente, este año no nieva.
Una vez más, los Arquitectives han recreado en minutos un crecimiento urbano que llevó varios siglos. Y se han convertido en los edificios representativos de la capital. Y han compartido experiencia con seis Chiquitectos que –también, como en Palma- han disfrutado de una nueva edición de este ciclo que nos encanta.
Madrid, una ciudad donde –también, como en Palma- es de día, pero que sin embargo no tiene mar, ni castillo… ni carril bici. Donde no se come “pa amb oli” pero si estupendos bocatas de calamares. Donde las playas crecen junto a los ríos y, curiosamente, este año no nieva.
Una vez más, los Arquitectives han recreado en minutos un crecimiento urbano que llevó varios siglos. Y se han convertido en los edificios representativos de la capital. Y han compartido experiencia con seis Chiquitectos que –también, como en Palma- han disfrutado de una nueva edición de este ciclo que nos encanta.
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